La cocina es siempre reflejo de un modo de vida y de unas posibilidades agrícolas. Así nuestra cocina adquiere personalidad propia, con un estilo propio. Destacan las gachasmigas, el «empedrao«, las tortilleras y el cocido con relleno, sin olvidar el plato típico de Jueves Santo, «el trigo pelao». Y para deleitar el paladar, el visitante no debe marcharse sin probar el arroz y conejo con caracoles, que podrá disfrutar junto con un buen vino de la tierra. Los dulces y confituras están muy presentes: buñuelos, paparajotes y especialidades navideñas como las tortas «toñas», almendrados y rollos entre otros.